Las consecuencias tóxicas pueden manifestarse tanto en términos de comportamiento como fisiológicos, comprendiendo desde dolores de cabeza y náuseas hasta convulsiones y muerte. Según el contexto existen, obviamente, muchos modos de clasificar una sustancia química tóxica.
Clasificación por consecuencia. Un modo simple, pero eficaz, y de uso común para
la clasificación de la acción tóxica de una sustancia química consiste en la
determinación de sus consecuencias. Debido a la diversa relación entre dosis y
respuesta respecto a la evaluación de riesgos, los efectos tóxicos se subdividen
normalmente en dos categorías: efectos cancerígenos, con tumores como
consecuencia, y efectos no cancerígenos, que comprenden todas las demás
reacciones.
Otra forma de clasificación de los efectos tóxicos sería:
Por órgano de destino.
Por efectos inmediatos o diferidos.
Por efectos irreversibles o reversibles.
Por efectos locales o sistémicos.
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